Hermandad del Rocío de Albacete



ESTE ES MI PRIMER CAMINO Y A VERTE VENGO ROCÍO 

Decir Rocío es decir muchas cosas. Son vivencias que no se pueden definir con palabras, pero si con un sentimiento que esperamos revivir año tras año.

Hace cosa de un año a los pies de la Blanca Paloma se forjó una unión, una promesa, un pacto secreto que hoy en día gracias al esfuerzo, dedicación plena, sacrificio y buen hacer rociero ha visto la luz. Cuando hace escasos meses se comenzó a mover la idea de crear una Hermandad de Albacete la cual se le denomino “Una Bendita Locura”, nadie ni siquiera su prepursóres podría imaginar que esa locura se iba a convertir en una Bendita Cordura, y hoy en día es una Bendita Realidad en forma de hermandad.

Este año 2014, Se hace realidad y realizó su primer camino de la mano de su madrina la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Valencia, que la acogió bajo su regazo, y la llevó en volandas por todos los caminos de arenas que transcurrieron en los pasados días de Junio.

Después de realizar nuestro primer camino te das cuenta que toda tu vida recobra sentido si se vive como en aquel lugar. Que no hace falta tantas cosas materiales para vivir, que las personas que te rodean forman parte de tu familia, de esa familia rociera con un denominador común. Nuestra Madre del Rocío. 


Nuestro Camino comenzó el fin de semana anterior a la romería donde realizamos el Triduo anual a nuestra Imagen Titular. Actos, Imposición de medallas, romería en la ciudad, la Bendición de Nuestro Glorioso y Venerado Simpecado. Todo ello como preparación de los días tan especiales que viviríamos después.

Comenzó nuestro peregrinar el lunes día 2 de junio en la localidad de Benacazón, donde no se puede describir el recibimiento que hicieron a todas las hermandades, y por sorpresa nuestra, el cariño, el trato y la explosión de alegría que se vivió cuando Albacete comenzó su paseo y saludos por las calles del pueblo. Queremos destacar el detalle tan bonito que tubo el coro de la Hermandad del Rocío de Benacazón que se reunieron para darnos una gran sorpresa y dedicar a nuestra hermandad unos temas, que aun resuenan en nuestra memoria. 


El toque del tamboril, al alba nos indicaba que comenzaba nuestro ilusionan te peregrinar. El segundo día comenzamos a caminar muy temprano dirección al pueblo de Aznalcazar, donde entre sus pinares finalizó la primera jornada de camino. Lugar de paso de otras tantas hermandades, con sus campanillas resonando entre los pinos, sus caballerias y ganaderia a paso lento y pesado. 


El tercer día de camino, emocionante y cargado de momentos irrepetibles nuevamente comenzó a sonar ese tamboril anunciando la misa del Alba, recogida iluminada con la primera luz del amanecer, y aún en el ambiente el Rocío de la mañana.


Preparadas las dos hermandades para continuar su peregrinación, nos pusimos rumbo hacia uno de los lugares mas emblemáticos del Camino, el Vado del Quema. 

Cuanto sentido cobra, todas esas letras escuchadas, historias contadas, imágenes vistas, narraciones leídas, difíciles de entender. 

Cuando entran tus pies en esas aguas, inclinas tu cabeza y recibes sobre ti un chorro de vida mientras se moja tu alma, y resuena en el ambiente una voz que proclama un nombre que irá unido a ti y a tu recuerdo toda la vida. Empiezas a sentir lo que es el verdadero Rocío.

 
Llenos de gracia continuamos camino, esta vez ya de arenas pesadas, que nos llevaron hasta otro de los rincones de especial simbología rociera, Villamanrique. 

A la entrada del pueblo rezo del Ángelus, al amparo de unas sobras que los chopos nos proporcionaron. Y se entró en la Villa, por sus calles acompañados de cohetes. 



Albacete iba a sonar por primera vez en aquel lugar, una plaza llena de gente nos aguardaba expectantes por ver como era nuestro Banderín de camino. Siempre al lado del Simpecado Valenciano. 
 
Una iglesia, unos escalones, unos bueyes fuertes, una carreta arriba, y dos hermandades unidas, sujetando a la Madre de los rocieros. Saludando a la hermandad del lugar. Fue otro de los momentos que nunca se podrán olvidar. 


Ese día no pudo terminar de mejor forma.cuando cogiendo un camino por Hinojos, fuimos a pernoctar en mitad de los pinares del coto. Un lugar paradisíaco, de inconfundible belleza. Nos sentimos privilegiados de poder atravesar esos caminos, y aun más de poder disfrutar toda una noche inmersos en tal paraje natural.

 
Pero el sueño duró poco ya que el tamboril no tardo en sonar, anunciando la salida inmediata rumbo ya hacia la aldea. 
 
Una senda preciosa la que cogimos, parando a reponer fuerzas en el llamado Pino de los Veinte duros, y continuando camino hacia las proximidades del soñado Puente del Ajolí.


Allí estuvimos unas horas esperando nuestro turno para entrar a la aldea, era el último esfuerzo, el ultimo tramo, tan duro por el cansancio pero tan emocionante y alegre por todo lo que ello conllevaba.

 
Tristeza, emoción, alegría, una mezcla y explosión de sentimientos la que afloraron al llegar a la orilla de ese puente de madera. Cuando ambas Hermandades se colocaron en el otro extremo del mismo, a compás de sevillanas y palmas pasaron los hermanos mayores de las mismas, acompañando a la carreta con su precioso Simpecado.

Otro momento irrepetible; Albacete cruzó por primera vez el Ajoli… 



Y por fin después de todo un largo caminar; Albacete llegó a la Aldea…

Primera visita obligada y ansiada a la Virgen, para darle las gracias, y transmitirle todo nuestro cariño y amor. 



Pasaron unos días de muchísima actividad, hermandades, amigos, visitas a la ermita etc... Y nuevamente se volvió a vivir un momento histórico, cuando el sábado al caer la tarde ya rozando la noche. En los Altavoces repartidos por toda la Aldea, se escuchó:” Hace su entrada la Hermandad Albacete, que viene acompañando a su madrina la Hermandad del Rocío de Valencia” “Bienvenidos a la aldea peregrinos” “Enhorabuena a todos” “Viva la Virgen del Rocío”… Era la primera vez como todo en este camino, que el nombre de esta ciudad manchega sonaba por todos los rincones. Nadie quedó impasible, felicitaciones, lagrimas, sonrisas, ojos de emoción se podían ver por todos los lugares.





Pero como todo Rocío, el punto cumbre, el cual da sentido a todo lo vivido anteriormente llegó cuando el domingo por la noche, comenzó el rosario, Nuestro humilde pero precioso Banderín abría el cortejo de las dos hermandades, Madrina y Ahijada iban a saludar nuevamente a Nuestra Virgen del Rocío.



Y cuando llegó esa hora, de ver salir por la puerta, a la Señora adornada con flores blancas, que engrandecían aún mas su belleza. Ese momento, es el que te hace sentir que merece la pena todo por y para estar ahí con Ella. 


Pero todo acaba, volvimos a la vida normal, con la ilusión y la vista puesta ya en el Rocio del año que viene, que será tan especial y mágico como este.

VIVA LA VIRGEN DEL ROCÍO






Manuel Felipe López

Presidente/Hermano Mayor 

Hermandad Ntra. Sra. del Rocío de Albacete.

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